Entrevistamos a Óscar Fernández, ganador del segundo premio de los Showing Film Awards 2015. Nos cuenta cómo consiguieron enfocar la Lealtad hacia un objeto con «The Whistle Man. A small scale journey».

«Cuando pensábamos en lealtad la primera idea que viene a la mente es la lealtad hacia otra persona o hacia un grupo de personas pero queríamos adoptar un punto de vista diferente. Nos atraía más la idea de lealtad hacia un objeto, una idea o una forma de vida por lo que no fue nada fácil encontrar un tema que cuadrara.»

¿En qué momento decidisteis presentaros a los Showing Film Awards?

Desde que llegamos a estudiar a Los Ángeles teníamos claro que queríamos llevar a cabo algunos proyectos aquí por varios motivos. Uno de ellos, la facilidad que nos da Los Angeles Film School para coger prestado una cantidad inmensa de material profesional como cámaras, lentes, iluminación y casi cualquier cosa que puedas necesitar para un rodaje medio. Por otro lado, Los Ángeles y los alrededores nos permitían grabar en localizaciones totalmente diferentes a las que estamos acostumbrados en España y muy atractivas visualmente. Necesitábamos una fecha límite para planearlo todo y que el proyecto no se alargara mucho en el tiempo, sabíamos de Showing Film Awards y teníamos ganas de presentarnos así que decidimos que la fecha límite sería la que marcaba el concurso.

¿Cómo descubriste la historia de Fred Hill, el protagonista de vuestro corto?

La descubrimos casi de casualidad. Estuvimos barajando algunas ideas y guiones sobre la lealtad pero ninguno llegaba a convencernos por lo que decidimos dar un giro y buscar una historia real. Nos gustaba la idea de un señor mayor que llevará toda su vida dedicada a un negocio familiar o a una actividad concreta, por otro lado nos atraía el tema de los juguetes antiguos así empezamos a buscar en internet jugueterías antiguas de Los Ángeles. Visitamos algunas pero no nos convencieron demasiado porque, aunque llevaban muchísimos años en activo, la mayoría estaban reformadas y vendían juguetes ya modernos. Así que buscando diferentes posibilidades fue como encontramos The Original Whistle Stop, la tienda de maquetas de trenes de Fred y nos encantó. Le mandamos un correo explicándole la propuesta y le pareció interesante, quedamos con él en su tienda y la forma que tenía de hablar y contar su propio historia nos encantó así que decidimos hacer el documental sobre su experiencia.

¿Os costó escoger un tema relacionado con la lealtad?

Cuando pensábamos en lealtad la primera idea que viene a la mente es la lealtad hacia otra persona o hacia un grupo de personas pero queríamos adoptar un punto de vista diferente. Nos atraía más la idea de lealtad hacia un objeto, una idea o una forma de vida por lo que no fue nada fácil encontrar un tema que cuadrara. Buscamos muchas definiciones y textos que hablaran sobre la lealtad pero nunca llego a quedarnos muy claro la diferencia entre lealtad, pasión, amor, eran conceptos que se nos mezclaban un poco. De hecho, cuando Fred nos contaba su historia siempre solía hablar de pasión por su trabajo o de la integridad de sus empleados pero rara vez utilizaba la palabra lealtad. Por lo que, sí, fue difícil escoger un tema o una idea que encajara con la lealtad.

 ¿Qué fue lo más difícil de vuestro rodaje?

El rodaje en sí fue relativamente sencillo ya que no teníamos muchas localizaciones diferentes y hemos tenido casi libertad plena en todos los sitios donde hemos grabado, especialmente en la tienda de Fred y en el “Pasadena Model Railroad Club”, el club de aficionados al modelismo donde grabamos la maqueta grande con todos los trenes. Tanto Fred como Martin, el presidente del club, pusieron a nuestra disposición todo lo que tenían y nos ayudaron en todo lo que pudieron. Aunque si tuviera que destacar una parte más complicada del rodaje sería seguramente la parte de la maqueta gigante con los trenes en miniatura. Para mover todos los trenes por el entramado de vías que tienen montado hacían falta varias personas que, desde un puesto de control, dirigían los trenes a los puntos concretos donde nosotros queríamos grabar. Debido al tamaño de la cámara junto con el trípode y al reducido espacio que había, era difícil seguir los trenes y que salieran enfocados. Para que os hagáis una idea del tamaño de la maqueta, cada tren tardaba casi una hora en dar la vuelta a todo el circuito así que si el plano salía mal había que dar marcha atrás al tren desde el control y volver a intentarlo.

¿Cuánto tiempo tardasteis en realizar “The Whistle Man”?

Empezamos a pensar en la idea y la forma de enfocarlo unos dos meses antes, pero desde que encontramos a Fred tardamos un mes más o menos en hacerlo. Aún así, todavía hoy estamos retocando partes del montaje y del sonido para dejarlo completamente terminado.

¿Cuáles son vuestros planes de futuro? ¿tenéis más proyectos pendientes?

Nuestro plan de futuro es intentar alargar nuestra estancia en Estados Unidos lo máximo posible, pero todo depende del visado. Todavía nos quedan dos meses de clase más tres meses de prácticas. Después, nuestro visado nos permite estar aquí otro año más si conseguimos un contrato de trabajo así que en esas estamos.

En cuanto a los proyectos, la idea es aprovechar al máximo las posibilidades que nos da la ciudad y la escuela para seguir sacando proyectos adelante. Ahora mismo estamos pensando en rodar un cortometraje de ficción utilizando como telón de fondo localizaciones exteriores de Los Ángeles, especialmente por la noche. Pero todavía no tenemos ni un guión cerrado así que va para largo.